No me parezco mucho a mi padre, diría que tan solo en un gesto que tiene de tocarse las cejas y me temo que eso más que genético es adquirido; pero en lo que definitivamente no me parezco es en lo de hacer la siesta, nunca he dominado ese difícil arte de dormitar veinte minutos y levantarse como una rosa.
2 comentarios:
Precisamente ayer me dijeron que la siesta era el Yoga Latino...me gustó mucho esa definición...
Un saludooo...
Mis siestas, de dos horas mínimo. Pero esos 20 minutos me ponen de mala ostia! el arte de la siesta, si señor.
Publicar un comentario