El otro día, haciendo surf en El Faro, hablando con Alfredo mientras esperábamos la serie, me enseñó las púas de erizo que se había clavado en el empeine el día anterior, yo me quedé extrañado de que se hubiese pinchado en el empeine y no en la planta, pero a todo esto llegó la serie y ya no le pude preguntar como había sido.
Un rato más tande, mientras me dejaba arrastrar por las espumas sobre las piedras plagadas de erizos, intentando no pisar hasta llegar a la orilla, mis dudas se disiparon.
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