Recuerdo la primera vez que vi una calima fuerte en Las Palmas, estaba saliendo de casa y la visión era alucinante, casi apocalíptica, mi primer impulso fue subir de nuevo a casa a por la cámara de fotos, pero casi de inmediato pensé que las fotos no iban a ser creíbles, que simplemente parecería que he puesto un filtro naranja a la cámara, con lo que desistí de las fotos y me fui a hacer lo que tuviese que hacer ese día. Mientras iba por la ciudad en la guagua estaba alucinando y ya me arrepentía de no haber cogido la cámara, pero aquel día ya no tuve oportunidad.
Un par de años más tarde volvimos a tener otro día de esos de calima apocalíptica, esta vez no solo cogí la cámara, sino que lo dejé todo para ir por la ciudad a hacer fotos y este fin de semana, enredando entre mis viejas diapositivas he encontrado algunas de ellas.
3 comentarios:
Guapísimas!! Algo bueno tenía que tener la calima :)
Guapísimas!!!
Gracias Miguel, en eso estamos, siempre buscando el lado bueno de lo que nos rodea... porque si no... :)
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