La felicidad era esto

Llevaba yo un par de días un poco flojo de ánimos, pero en cuanto vi el parte meteorológico a principio de semana ya me empecé a emocionar; llegado el jueves, a pesar de que se suponía que las olas iban a estar mejor por la tarde, a media mañana ya no me podía aguantar y salí de casa directo al Spot X, sin ni siquiera mirar en los picos alternativos para cuando hay menos fuerza.

En el coche ya estaba nervioso, incluso me pasé la calle por la que tenía que girar y tuve que volver atrás.

Al llegar ya vi bastante gente con tablas en el aparcamiento, me acerqué corriendo al mirador esperando ver un espectáculo increíble y cual fue mi decepción al verlo pequeño, sin fuerza, un poco descolocado y petado de gente. Me quedé parado, no sabía si deshacer el camino hecho con el riesgo de que en los otros sitios estuviese peor y al final tener que volver aquí habiendo gastado una gasolina que en estos momentos prefiero ahorrar.

En lo que me decidía, miraba, esperaba a ver otra serie, hacía un par de llamadas para saber como estaban los otros spots, la gente empezó a salir del agua y a todo esto veo una pareja que viene hacia mi, él lleva una tabla bastante interesante (un mini Simmons 5' 4'' de color azul) y me acerco a preguntarle por ella; además de la tabla les pregunto por las condiciones, a lo que me dicen "hombre, aprovecha ahora que se ha quedado vacío", ¿vacío?, palabra mágica, me voy corriendo al agua y cual fue mi sorpresa al llegar a la orilla y ver una sola persona en el agua.

Esto empezaba a mejorar y desde aquí abajo parece que las olas tienen mejor pinta, mientras camino por las rocas de la orilla ya me siento totalmente relajado, llego al pico y al poco marca una serie en el horizonte, la segunda parece la más grande pero el otro surfista está mejor colocado que yo, con lo que me decido por la primera, que aunque más pequeña parece que se va a quedar buena, remo, la ola medio se para un poco, lo que me viene perfecto para mi take off a contramano estilo paralítico en 17 fases, sorprendentemente, esta vez me pongo de pie de un salto, tengo toda la bajada por delante y una pared estupenda, larga, rápida pero no mucho, me da para cuatro o cinco giros, me deja en la misma orilla, pura felicidad, mientras remonto por la orilla para volver a entrar por las rocas, estoy eufórico, una simple ola ha bastado para borrar (al menos momentáneamente) cualquier problema que andase por mi cabeza.

Al final fue la única ola realmente buena de la sesión, pero no importó, me bastaba, era una de esas olas que te alegran el mes entero, era justo lo que necesitaba.

Animado por los comentarios de algunos amigos de Canarias, que todavía siguen mi blog y esperan mis fotos, me salté mi regla de no juntar cámara y tabla en el coche y al terminar el baño, monté la carcasa y volví a entrar, esta vez para hacer fotos (mi primera sesión de fotos desde el agua en el Mediterráneo) a pesar de que el día estaba realmente oscuro, ya sabía que el blanco y negro iba a ser la única opción para muchas de las fotos, pero también me motivaba hacer algo un poco distinto para variar.

Tengo algunas fotos mas pendientes de seleccionar y editar, pero parece que mañana sube el mar otra vez y puede durar un par de días, así que quizás tarde un poco en colgarlas.