No me parezco mucho a mi padre, diría que tan solo en un gesto que tiene de tocarse las cejas y me temo que eso más que genético es adquirido; pero en lo que definitivamente no me parezco es en lo de hacer la siesta, nunca he dominado ese difícil arte de dormitar veinte minutos y levantarse como una rosa.
domingo, 22 de agosto de 2010
sábado, 21 de agosto de 2010
sábado, 14 de agosto de 2010
14 años

Suscribirse a:
Entradas (Atom)